
El cine francés es una de las cinematografías más influyentes y prestigiosas del mundo. Se le reconoce por su enfoque artístico y filosófico, tocando temas como la identidad, el amor, la moral, la política y la existencia.
Además, su aporte técnico y estético ha influido en movimientos del cine independiente alrededor del mundo. Con todo esto, no es raro decir que Francia es un verdadero referente del séptimo arte. Pero, ¿sabías que también se le considera la cuna del cine?
Los hermanos Lumière

Vayamos al año 1895, cuando los hermanos Luis y Auguste Lumière realizaron la primera proyección pública de películas. Pero es que no sólo hicieron la proyección, ellos crearon el cinematógrafo, un aparato mecánico que filmaba y proyectaba imágenes. Como su nombre proviene del griego: “kinema”, que significa movimiento, y “grapho”, que significa escribir, con este aparato lograron capturar imágenes y movimiento.
Este invento no tardó mucho en llegar a México, pues tan solo un año después ya se estaban realizando proyecciones en este país a través de uno de los enviados especiales de los hermanos Lumière, estos enviados también viajaron a lugares como Rusia, España, Estados Unidos y, por supuesto, México, filmando y proyectando películas.

Por cierto, en México el presidente Porfirio Díaz fue la primera persona en ver una película filmada y también él mismo, fue filmado en escenas cotidianas como un paseo a caballo en el Bosque de Chapultepec.
George Méliès
Unos años más tarde, otro pionero del cine emergería también en Francia, George Méliès, un joven que estaba interesado en el teatro de magia y que con dinero prestado compró un pequeño teatro a su mentor Robert Houdin. En ese espacio el joven Méliès dio rienda suelta a su imaginación creando escenas surreales y espectáculos de ilusionismo y fantasía.

Tiempo después presenció, “embelesado y boquiabierto” la primera proyección de los hermanos Lumière y trató de comprarles una copia del cinematógrafo sin éxito, así que buscó una versión similar y la encontró en Londres, construida por un inventor de instrumentos científicos de nombre Robert William Paul.
Y fue así como George Méliès comenzó su carrera en el cine y, con su empresa Star Film, dio inicio al comercio de películas. No solo fue el primero en construir un estudio de rodaje, sino que también actuaba, escribía y dirigía sus producciones. De hecho, se le considera el fundador del cine de ciencia ficción. Seguramente has visto la icónica imagen de un cohete incrustado en el ojo de la luna: esa escena es de El Viaje a la Luna, la obra más reconocida de Méliès.

Cine contemporáneo
En la actualidad, Francia mantiene una producción cinematográfica sólida y constante, y es uno de los países con mayor cuota de pantalla nacional. A lo largo de su historia, ha sido escenario del surgimiento de movimientos clave, como el cine mudo; el realismo poético, que retrataba historias sobre la clase trabajadora; y la “Nouvelle Vague” o Nueva Ola, que rompió con el cine clásico comercial tanto en sus estructuras narrativas como en sus técnicas. Este movimiento fue pionero en el uso de la cámara en mano y la luz natural, y promovió una libertad creativa y experimental que abrió el camino a la teoría del autor.
De esta corriente surgieron directores icónicos como Jean-Luc Godard, François Truffaut y Agnès Varda. La influencia de la Nouvelle Vague ha sido profunda y duradera, inspirando a cineastas de todo el mundo como Scorsese, Coppola, Tarantino, Wong Kar-wai o Almodóvar.
Francia ha sido cantera de talento cinematográfico, teniendo directores como Jean-Pierre Jeunet, Luc Besson, Claire Denis, Jacques Audiard, Julia Ducournau. Son muchos nombres, ¿verdad? Es probable que reconozcas algunos de ellos, pero si los nombres no te suenan, seguramente sí reconozcas rostros de leyendas de la actuación como Alain Delon; Jean-Paul Belmondo; Jean Gabin; Gérard Depardieu; Jean Reno; Catherine Deneuve; Juliette Binoche. Volviendo al presente, también conocemos estrellas del cine contemporáneo como Omar Sy, Marion Cotillard, Audrey Tautou, Jean Dujardin, Vincent Cassel, Léa Seydoux, Eva Green.

Y es que además de ser un espacio prolífico de producción y talento, Francia alberga algunos de los festivales de cine más importantes del mundo, como el Festival de Cannes, Festival del Cine Americano de Deauville, Festival Internacional del Cortometraje de Clermont‑Ferrand, entre otros.
Otro dato interesante es que Francia ha protegido muchos de sus cines antiguos otorgándoles el estatuto de patrimonio histórico. Algunos de ellos siguen activos y proyectando películas, como Le Louxor, Le Champo y Studio 28. Le Grand Café, por su parte, fue el lugar donde se realizó la primera proyección pública de películas de los hermanos Lumière. Aunque ya no funciona como cine, el edificio aún se conserva. Por otro lado, el Eden Théâtre, considerado el cine más antiguo del mundo, actualmente sigue en funcionamiento como cine y museo.

En México también podemos disfrutar del séptimo arte galo gracias al Tour de Cine Francés, una muestra itinerante que trae al país algunas de las mejores producciones contemporáneas de Francia. Su objetivo es promover el cine francés y atraer a un público interesado en propuestas que no suelen aparecer en las carteleras comerciales. Y algo muy valioso: las cintas se proyectan en su idioma original con subtítulos.
En resumen, la huella de Francia en el cine es enorme. Ha sido una fuente constante de inspiración para cineastas de todo el mundo, y un verdadero deleite para quienes amamos el séptimo arte.
Francia le ha dado al mundo una revolución cinematográfica que seguimos disfrutando hasta hoy.
¿Ya conocías estos datos? Si no, ¡es un gran momento para dejarte atrapar por el cine francés y descubrir todo lo que tiene para ofrecer!
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